Estrasburgo El homo smartphone , esta especie en la que nos hemos convertido a base de pasar horas enganchados a las pantallas de los teléfonos móviles, está tan acostumbrado a los inputs rápidos que, a veces, le cuesta percibir la profundidad del paisaje que nos rodea.

Y el paisaje con el que este miércoles nos despertábamos los europeos –especie, por cierto, en reconstrucción– era grave: de madrugada, el ejército de Polonia había derribado drones rusos que sobrevolaban su espacio aéreo al considerarlos una amenaza. Traducción: intercambio de acciones de guerra entre la OTAN –y la Unión Europea– y una Rusia reinada por un líder abiertamente nostálgico del imperialismo soviético.

El escenario es inédito. El escenario –aunque insistentemente anunciado porque Moscú lleva tiempo tentando

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