La Vuelta Ciclista a España nunca ha sido sólo un deporte. Desde hace casi cuatro décadas, la carrera que presume de ser “la ronda de los paisajes” también ha sido usada como pantalla global para mensajes políticos y sociales, a veces incómodos, a veces disruptivos, y muchas otras veces un indicador de la posición de una sociedad.
En 1988, Canarias fue escenario de un acto vandálico sin precedentes impulsado por sectores próximos al Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC). En 2025, el eco de aquella protesta vuelve, esta vez con otro trasfondo: el reconocimiento del genocidio en Gaza y el rechazo a la participación del equipo financiado por el Estado de Israel, el Israel– Premier Tech.
1988: Canarias y el ciclismo, un escaparate inesperad