Las excavaciones arqueológicas vinculadas a las obras de reurbanización de la Rambla han destapado un tramo de 44,88 metros con una anchura de 2,90 metros de la muralla del siglo XIV . La actuación, que empezó a mediados de julio, se lleva a cabo en el sector de Santa Mònica y ha permitido identificar en el exterior de la muralla acumulaciones de tierra, piedras y cerámica que habrían acarreado las antiguas riadas que sufrió Barcelona. Según Irene Cruz, la arqueóloga que dirige la excavación, la estructura servía como muro para "contener los materiales que bajaban a consecuencia de las lluvias". En este sentido, también se ha podido detectar el uso de un encintado con mortero de cal, un material para sellar las juntas entre los sillares de la muralla que los arqueólogos vincul

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