Barcelona Pocos días después de publicar El consentimiento (Empúries), Vanessa Springora (París, 1972) recibió una llamada de la policía para que identificara el cuerpo de su padre, que se había suicidado. En el apartamento en el que vivía, y que había sido de los abuelos, se encontró un montón de suciedad y dos fotos del abuelo paterno con símbolos nazis. A partir de ahí, Springora, que hacía años que no se hablaba con su padre, inició una investigación para entender quién era su abuelo y, de rebote, un padre mentiroso patológico y carente de empatía. La comparte con los lectores en El nombre del padre , traducido por Marta Marfany y publicado por Empúries.
"La literatura me ha servido para desenmascarar impostores"

105