Escondida tras un manto blanco, la Escuela Albergue N° 212 del paraje Lonco Luan es abrigo. Es el refugio de 58 niños, un espacio donde ser, aprender y crecer desde sala de cuatro a séptimo grado, en jornada completa.
Las más cálidas no son las paredes, son las docentes. Rocío Romero es una de ellas . Tiene 30 años y dedica sus días a ejercer como maestra en ese establecimiento. Tiene un radio de cobertura de 200 familias distribuidas a lo largo de 35 kilómetros. La gran mayoría pertenece a la comunidad mapuche Lof Catalán.
A poco de haber recibido su título y a pesar de ser de ciudad, Rocío asumió el desafío de ser la responsable de la enseñanza de esos niños sin haber tenido experiencias previas en la ruralidad.
Todos los días, sea cual sea el clima, ella sube a su Gol GTI model