Fue Picho quien guió a los organos de seguridad a la captura de los secuestradores

Mientras la Dra. Lizeta Hernández, gobernadora del estado Delta Amacuro, respondía a las llamadas telefónicas de la supuesta organización paramilitar las “Águilas Negras”, desde distintos lugares del país y era consumida por los nervios, el Dr. Simplicio Hernández, su señor padre, realizaba una operación quirúrgica de altísimo nivel.

En medio de una pequeña isla rodeada de vegetación y agua, techada por arboles tupidos, que apenas si dejaban filtrar la luz, sin saber dónde se encontraba ni que le iba a ocurrir, avanzaba cortando con un fino bisturí las resistencias de los tres custodios.

Con serenidad, amabilidad y mucho tacto, aprovechando la distensión y cercanía luego de varios días de cautiverio, aisl

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