Además de las dificultades con sus documentos por su condición de refugiados, cientos de migrantes que permanecen en la frontera sur de México afrontan serios problemas de salud en condiciones precarias. Entre los padecimientos más comunes se encuentran males crónicos degenerativos, mentales y psicológicos.
Procedentes de países como Guatemala, Cuba y Haití, muchos huyeron de la violencia o la falta de atención médica en sus lugares de origen. En Tapachula recurren a módulos de la Secretaría de Salud , donde se reportan casos de hipertensión, diabetes, asma, infecciones respiratorias, gastrointestinales, de la piel y estomacales. También abundan cuadros de depresión, ansiedad y estrés postraumático, asociados a la incertidumbre y vulnerabilidad que enfrentan durante su trayecto, reporta