Miguel Ángel Russo se recuperó y este jueves volvió a decir presente en el entrenamiento de Boca, donde supervisó de cerca los trabajos del plantel. La mejoría en su estado de salud abrió una puerta de ilusión: poder sentarse en el banco el próximo fin de semana, cuando el Xeneize visite a Rosario Central.

El experimentado entrenador, de 69 años, había sido internado semanas atrás por un cuadro respiratorio que encendió las alarmas en el club. Desde entonces, su evolución fue paulatina, pero en las últimas jornadas mostró una mejoría que le permitió retomar la rutina de manera progresiva.

En la práctica observó con atención los movimientos del equipo y dialogó con sus colaboradores, que se hicieron cargo de las sesiones en los días más delicados de su recuperación. Según confiaron desde

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