¡Y mira que yo soy de los que siempre llevan encima una batería externa! Será simple supervivencia urbana, pero siento que, hoy en día, nos hemos acostumbrado a medir la vida en porcentajes. Yo ya no digo "estoy cansado", digo "ando al 3%".

Igual que mi móvil, empiezo el día al 100%, con más energía que un cohete, pero entre emails, videollamadas, cafés mal tomados, llamadas perdidas que devolver y mensajes no leídos de WhatsApp, septiembre, con su maravillosa vuelta a la rutina, me deja la sensación de estar en rojo antes de tiempo. Ha nacido un nuevo termómetro emocional: la batería vital.

A media mañana ando a eso del 65% y justo después de comer, caigo sin remedio a un 39%. En ese punto aparece la tentación de la siesta: y aunque sean 20 minutos de carga rápida, pongo el modo avión y

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