Cruza el ambiente. Ve y dile al amor mío, que aquí me tiene. Resulta curioso pensar que esas aves que a veces nos sobresaltan e incomodan queriendo apropiarse, a menudo con inquietante tozudez, de restos de comida desvencijada que reposan sobre mesas desocupadas, muchas veces por su pertinaz acoso, hayan podido ser, además de protagonistas de habaneras tan hermosas como la que hoy da título, fieles transmisoras de presagios y noticias varias. Y es que en la antigüedad, tal como, entre otros, nos relatan Julio Verne en sus libros, eran adiestradas para llevar mensajes de un lugar a otro. Tal facultad era apreciada, tanto por su capacidad de orientación como por poseer un singular instinto para buscar siempre el retorno al hogar. Recuerdo haber escuchado en cierta ocasión a aquel polémico pe
Paloma mensajera

7