En muchos hogares, la lengua de suegra ocupa un lugar privilegiado por el s ignificado simbólico que se le atribuye desde hace generaciones . Esta planta, cuyo nombre científico es Sansevieria, se ha convertido en un amuleto verde contra las malas vibraciones. Ahora, una práctica sencilla y cada vez más comentada añade un nuevo matiz a ese poder protector: colocar sal gruesa en la tierra de la maceta.
El gesto parece insignificante, pero encierra una interpretación que va más allá de lo ornamental. La sal no se utiliza como fertilizante, sino como barrera simbólica contra las energías negativas . Colocar un pequeño puñado alrededor del tallo de la lengua de suegra se entiende como un escudo invisible que purifica el ambiente y protege el hogar.
La técnica no requiere experiencia ni