Las paredes no hablan, pero las actas de la comunidad de vecinos, sí. Y mucho. Antes de dar el paso definitivo en la compra de una , uno de los errores más comunes es obviar lo que sucede de puertas para afuera. Un examen detenido de estos documentos puede desvelar si el nuevo hogar es en realidad un auténtico polvorín de conflictos , con problemas de morosidad, disputas enquistadas entre propietarios o, peor aún, derramas de gran envergadura a la vuelta de la esquina que pasarán a ser responsabilidad del comprador.
De hecho, tan revelador como el ambiente vecinal es el estado oculto del propio inmueble. Una mano de pintura reciente o una decoración cuidada son técnicas habituales para enmascarar la realidad de una casa. Por ello, la figura de un arquitecto se vuelve indispensable para