Las protestas en Ciudad de México, mayormente ignoradas la semana pasada, mostraron a inquilinos ancianos durmiendo bajo lonas, a madres bloqueadas en la entrada de sus propios hogares y a vecinos montando guardia sobre casas que estaban a punto de comprar. La reurbanización sin salvaguardas está borrando comunidades en nombre del progreso.
Los Manifestantes Fueron Ruidosos; el Silencio del Poder Fue Más Ensordecedor
En el Centro Histórico y Roma Norte, familias que habían pasado décadas en los mismos edificios fueron forzadas a vivir en la calle. Diecinueve hogares de República de Cuba 11 acamparon afuera de su propia puerta tras un desalojo al amanecer del 27 de agosto, con sus camas y muebles arrojados a la banqueta.
“Hemos resistido, pero las lluvias son fuertes. Necesitamos lonas”,