
6.500 manifestantes a favor de Palestina según el Ayuntamiento, 15.000 según los organizadores, han recorrido este jueves por la tarde el paseo de Gràcia de Barcelona exigiendo que se detenga el genocidio que Israel está cometiendo en Gaza. Los manifestantes han arrancado la movilización pasadas las siete de la tarde desde plaza Catalunya gritando consignas como 'No es una guerra, es un genocidio' y como muestra de apoyo a la actuación de la flotilla Global Sumud, que trata de romper el bloqueo en el territorio gazatí. Estas movilizaciones se unen a las que se han sucedido en otras ciudades de España, como Madrid, Vitoria, València, Toledo y Ceuta.
Al frente de la manifestación de Barcelona, una pancarta mostraba el lema 'Paramos el genocidio', acompañada de una bandera palestina de grandes dimensiones rellena de barcos de papel, en alusión a las embarcaciones de la flotilla solidaria que partió de Barcelona a principios de este mes.
La de Barcelona ha sido la más números de las diversas marchas convocadas en diversas ciudades españolas como Madrid, Palma, Vitoria o Toledo, convocadas por grupos locales de apoyo al pueblo palestino y la plataforma Global Movement to Gaza. Han coincidido el mismo día en el que, hace un año, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución que exige a Israel “poner fin a su presencia ilegal en el territorio Palestino ocupado” y que lo hiciera “a más tardar en 12 meses”, algo que, según los convocantes, no se ha cumplido.
Los manifestantes también han reclamado en Barcelona a los estados europeos que impongan sanciones a Israel y que le hagan boicot. “No pararemos de salir a la calle hasta que se rompan todas las relaciones. Hasta la caída del colonialismo. Seguiremos estando siempre junto al pueblo palestino”, han afirmado los activistas en Barcelona, cuando la manifestación ya llegaba al tramo final del recorrido.
Frente a la delegación de la Unión Europea, la marcha ha dirigido un mensaje contundente a los 27: “Vergüenza”. Mientras, otros activistas leían mensajes de residentes en la Franja de Gaza que viven en primera persona las consecuencias de las operaciones militares israelíes.
En Madrid, todo ha influido para que la ciudad saliera esta tarde a las calles para alzar la voz contra el genocidio de Gaza: el calor, las prohibiciones en los colegios e institutos , los insultos de Ayuso, la unión de vecinos, familias, profesores y asociaciones propalestinas, la toma terrestre de Ciudad de Gaza… Aplausos y vítores en el final del recorrido reflejaban la sorpresa y alegría de los manifestantes por los miles de personas que se unieron a sus gritos, informa Val Torres .
Antes del inicio de la marcha dos mujeres comentaban sobre el dispositivo policial desplegado diciendo: “Claro, como somos terroristas”. Lo cierto es que este jueves tampoco fueron miembros de la kale borroka ni fanáticos de Pedro Sánchez, a pesar de las acusaciones del PP, los que han salido a las calles de Madrid con banderas palestinas, kufiyas y sandías, entre otros símbolos, para decirle a Ayuso, en palabras de Coral, la portavoz del sindicato de estudiantes: “Ya no solo van contra la educación y la sanidad pública, sino que van contra la humanidad”.
En cambio, el que ha salido a protestar ha sido el pueblo de Madrid. Familias, vecinos y estudiantes de la capital, convocados por las asociaciones Vecinal Ventilla Almenara, Vecinal Cuatro Camnos-Tetuán y Espacio Bellas Vistas.
“Ayuso, Almeida, cómplices de mierda”, clamaba la multitud que atravesaba el barrio de Tetuán. Tras su partida desde Bravo Murillo 357, numerosas personas que se encontraron de golpe con la protesta se unieron a la marcha. Otros aplaudían desde la acera, grababan con sus móviles o animaban desde los automóviles y comercios. Al final, varios miles de personas llegaron a Cuatro Caminos.
“Todo el mundo quiere hacer algo porque se ha metido en la cabeza de la gente que no podemos esperar a que ningún gobierno actúe ni depender de la justicia internacional”, cuenta Coral a elDiario.es. Por ello, el sindicato de estudiantes ha organizado una huelga general en centros educativos para el próximo 4 de octubre.
En Euskadi, decenas de personas han rodeado con una cadena humana el Parlamento Vasco en Vitoria con motivo del debate de política general. “Exigimos que el Gobierno vasco y el resto de instituciones rompan sus relaciones políticas y económicas con Israel, que pare de una vez el genocidio. Creemos que el Parlamento Vasco no está haciendo lo suficiente para acabar con esta barbarie”, han explicado Agus Gorbea y Pili Revilla, representantes de Gazarako Mugimendu Globala de Euskal Herria durante la protesta, informa Maialen Ferrera .
También se han convocado protestas en València, donde decenas de personas se han concentrado ante el edificio histórico del Puerto de València para reclamar al Gobierno un “embargo integral” al comercio de armas con Israel y la inmovilización y registro de un barco que, según denuncian, traslada piezas de aviones de combate a este país.
Por su parte, la céntrica plaza de Zocodover de Toledo ha sido escenario de un homenaje a las decenas de miles de niños y niñas asesinados en la Franja de Gaza: una lectura ininterrumpida de los nombres de estos menores en la que han participado representantes de colectivos sociales, políticos, sindicales, asociaciones vecinales o muchas personas a título particular, informa Itziar Machicado Blanco .
“Hoy defendemos la necesidad de que los niños vivan en paz. Algunos niños nunca han llegado ni siquiera a vivir su primer año de vida; los que tienen tres años nunca han llegado a jugar; y los que tienen de seis a ocho años tienen las aulas vacías”, ha trasladado Teresa Pantoja, integrante de Toledo por Palestina, impulsor de la iniciativa.
En Ceuta, decenas de personas han llevado a cabo una cacerolada apoyando a la Sumud Flotilla que va camino de Gaza. Ha tenido lugar frente a sede de la delegación del Gobierno, organizada por la formación política Ceuta Ya!. Durante el acto se leyó un manifiesto en el que se acusó a Israel de cometer un genocidio y se citaron cifras de Naciones Unidas que alertan de una mortandad mucho mayor de la reconocida oficialmente, según recoge Europa Press.