Julia Paternain llegó a Tokio clasificada en el puesto 288 del mundo, corriendo apenas su segundo maratón. Se fue con la primera medalla en la historia de Uruguay en un Mundial de Atletismo: un improbable bronce ganado con paciencia, instinto y un remate final nacido de recuerdos escolares.
Un podio que nadie predijo
Cuando Julia Paternain entró tambaleándose al túnel del estadio después de 42,195 km, parecía más aturdida que triunfante. Solo después comprendió que acababa de reescribir la historia del deporte uruguayo. “Estaba en shock”, admitió la atleta de 25 años. Su plan de carrera se había reducido a lo esencial: mantener el ritmo, mantenerse en pie y ver qué ofrecían los kilómetros finales. “Este es mi segundo maratón y solo intentaba ir de A a B y llegar a la meta sin que se me d