La solución al estrés canino reside, en gran medida, en manos de sus dueños. Lejos de ser un problema ajeno a su control, el papel del propietario es fundamental para reconducir la ansiedad del animal. La clave está en crear un entorno predecible y estable, donde las rutinas de paseos, alimentación y juego sean constantes. Asegurar que el perro recibe una dosis adecuada de ejercicio, tanto físico como mental, constituye la base para devolverle la tranquilidad y mejorar de forma notable su calidad de vida. En este sentido, saber es un pilar fundamental para construir esa estabilidad.
Sin embargo, antes de aplicar cualquier cambio en el día a día del animal, el primer paso e ineludible es la consulta con un profesional. Acudir a un veterinario o a un etólogo permite no solo obtener un dia