Para los alergólogos, la recomendación es tajante: dormir con mascotas es una práctica a desaconsejar, especialmente para quienes tienen predisposición a sufrir reacciones alérgicas. El motivo principal no reside únicamente en el pelo del animal, como se podría pensar, sino en la acumulación progresiva de alérgenos en el colchón. Con el tiempo, la cama se convierte en un foco de alérgenos problemático , convirtiendo un espacio de descanso en un riesgo para la salud.
De hecho, estas sustancias no solo provienen del pelaje, sino también de la saliva y la orina del felino. Para aquellos que, aun así, deciden compartir el lecho, los expertos sugieren medidas paliativas como el uso de fundas antiácaros. La clave, no obstante, está en que estas fundas deben lavarse a más de 65 grados con re