La distancia hasta el comicio de octubre es demasiado larga para un gobierno encerrado obstinadamente en sus convicciones y sin disposición a flexibilizar sus políticas para ganar un poco de oxígeno. ¿Estamos a las puertas de una nueva crisis económica y política que desembocaría en un cambio anticipado de gobierno? Esa es la pregunta que hoy se hace, nuevamente, una parte de la sociedad, alarmada y agotada por el esfuerzo y el sacrificio ininterrumpidos desde varios años atrás.
El propio gobierno alimenta ese temor: “Están tratando de voltear al Presidente”, dijo el ministro de Economía Luis Caputo tras el freno a los vetos de las leyes de financiamiento universitario y del Hospital Garrahan.
En las últimas semanas los datos de los mercados muestran que todo el andamiaje económico ofici