Cualquier cambio brusco en el comportamiento de un gato doméstico debería ser una señal de alarma para su dueño. Una apatía repentina o la pérdida de interés por sus juguetes preferidos, lejos de ser un simple capricho, pueden ser un indicio de alguna dolencia oculta. A menudo, esta es la única forma que tiene el animal de comunicar que siente dolor o malestar, por lo que una visita al veterinario se convierte en una medida prudente para descartar problemas de salud. Este tipo de comunicación no verbal es tan importante como la vocal, aunque es cierto que para expresar otro tipo de necesidades.

De hecho, que la ausencia de juego sea un síntoma tan relevante subraya su verdadera naturaleza: no es un mero pasatiempo, sino una actividad diaria fundamental para el equilibrio del animal. L

See Full Page