Argentina lleva más de una década sin crear empleo formal y con un PIB per cápita estancado en los niveles de mediados de los años 1980. La economía parece atrapada en un ciclo de crecimiento efímero seguido de crisis, que devuelve todo al punto de partida. Córdoba, motor histórico del interior productivo, no es ajena a este fenómeno: conviven sectores altamente dinámicos y competitivos junto a problemas persistentes de informalidad, brechas de productividad y desigualdades territoriales que frenan el desarrollo.
Por eso, la pregunta clave ya no es cómo crecer el año que viene, sino cómo asegurar que, de acá a 2050, podamos transformar nuestra riqueza en bienestar para todos y todas. La economía argentina es diversa, con realidades productivas muy diferentes en cada región. El futuro del