Cada 19 de septiembre, la Ciudad de México ensaya la supervivencia y recuerda el duelo, para luego preguntarse por qué la historia insiste en rimar. Dos sismos, con treinta y dos años de diferencia, reescribieron la identidad de la capital; sin embargo, las lagunas legales, la débil aplicación de la ley y la desigualdad sacuden sus cimientos de manera más predecible que cualquier falla geológica bajo nuestros pies.
La fecha que no deja de sacudir
Se supone que los aniversarios se suavizan con el tiempo; el más célebre de la Ciudad de México aún duele. El 19 de septiembre de 1985, a las 7:19 a.m., un terremoto de magnitud 8.1 sacudió la metrópoli, dejando miles de muertos —quizá 12,000 según cifras oficiales, probablemente más. Fue una ruptura cívica que dio origen a una nueva cultura de