A estas alturas ya nadie duda que la adopción del teletrabajo durante la pandemia como único método posible para que las empresas se mantuvieran a flote , marcó un punto de inflexión. Movimientos globales como la Gran Renuncia o la Renuncia silenciosa empoderaron a los empleados frente a sus empleadores.
Por su parte, empresas y directivos descubrieron que no tenían tanto poder de negociación como pensaban en un contexto laboral con una gran demanda de talento. El posterior endurecimiento en las políticas de regreso a las oficinas reveló que las empresas buscaban recuperar sus posiciones de poder a toda costa, incluso cuando esas posiciones implicaban un elevado coste . Ante todo ese movimiento velado, solo un millonario se atrevió a revelar lo que realmente pensaba.
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