En la localidad inglesa de Dewsbury, cerca de Leeds, un empresario del sector del descanso llamado Amir Azam decidió transformar por completo una parcela donde ya existía una casa modesta en un vecindario de viviendas familiares bajas y tranquilas para construir un mastodonte de ladrillo y cemento que puso en pie de guerra a todos sus vecinos hasta que un juez ha tomado cartas en el asunto: "retirar permanentemente la vivienda, incluida la base y los cimientos". Es decir, tirar abajo una inversión millonaria.

De casita familiar a casoplón . El millonario compró la propiedad en 2021 por unos 275.000 euros y, tras solicitar permiso para ampliar la pequeña casa que ya había construido, finalmente optó por derribarla por completo y construir una nueva en su lugar.

El problema es que, en

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