La eliminación temporal de las retenciones a granos y carnes, vigente hasta el 31 de octubre, apareció como un recurso de emergencia en un contexto de extrema volatilidad económica. El Gobierno buscó oxígeno luego de días en los que el dólar se disparó, las reservas se debilitaron y el clima político se volvió tenso. La medida fue recibida como un alivio inmediato por los productores , aunque más como un gesto de corto alcance que como un cambio estructural en la política agropecuaria.
Enrique Erize , titular de la consultora Novitas , explicó en diálogo con Ámbito que el anuncio tiene un impacto concreto en el presente: impulsa a los productores a vender y asegura el ingreso de divisas que el Gobierno necesita con urgencia. Ocurre que “ nadie rechaza una baja de retenciones,