Conducir es una experiencia que para muchos es placentera y para otros simplemente significa una actividad que deben realizar de manera obligada para ir al trabajo, desplazarse en la ciudad, atender clientes o por temas laborales.

Sin embargo, hay algunas condiciones que pueden hacerla mucho más difícil; más allá de la congestión o de la forma como se comportan otros conductores, conducir de noche es una labor bastante ardua que implica mayores capacidades y un nivel más alto de concentración.

Menor visibilidad, luces en contra, mayores factores distractores, fatiga visual y el cansancio propio del cuerpo, son algunos factores que pueden mermar las capacidades al frente del volante, por lo que es necesario contemplaras si se quiere emprender un viaje de noche o aceptar un trabajo que

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