El abismo que separa el sistema de pensiones español del alemán es formidable. Mientras que un jubilado en nuestro país percibe de media un 85,6 % de su último sueldo, lo que se conoce como tasa de sustitución, un pensionista en Alemania apenas llega al 47 %. Esta diferencia no es una anécdota, sino el reflejo de dos modelos que afrontan el futuro desde puntos de partida radicalmente distintos y que explica la búsqueda de soluciones urgentes en el país germano.
De hecho, es precisamente esa brecha la que ha empujado al Gobierno alemán a plantear una medida que ha generado un intenso debate. La propuesta consiste en una aportación de diez euros mensuales para todos los jóvenes de entre 6 y 18 años, un dinero destinado a crear un capital semilla que se invierta y crezca para complementa