El consejo es, ante todo, una lección de pragmatismo. No se trata de una defensa del sistema universitario, sino de una advertencia directa a los jóvenes sobre las reglas del juego del mercado laboral actual. En España, como en tantos otros sitios, se padece una dolencia que el empresario ha bautizado como "titulitis", una obsesión por las credenciales académicas que convierte un diploma en un salvoconducto casi imprescindible .
De hecho, quien pronuncia esta sentencia es un hombre que podría parecer la excepción que confirma la regla. A sus 49 años, amasa una fortuna multimillonaria en España y reconoce sin tapujos no haber necesitado jamás su título universitario para labrarse una carrera de éxito. Su propia trayectoria es la prueba de que el talento y la visión para los negocios pu