25 de septiembre del 2025.- El ataque de ayer contra un centro de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en Dallas, Texas, pone en evidencia que los detenidos durante la feroz campaña antimigrante del presidente Donald Trump corren riesgos más allá de ser expulsados de ese país.
Varios ataques han sido perpetrados desde que el magnate republicano lanzó una cacería contra los migrantes, a quienes ha acusado sin pruebas reiteradas veces de ser un peligro.
El tiroteo de ayer es el tercero en una instalación de ICE en Texas en los meses recientes.
El 4 de julio en el Centro de Detención Prairieland en Alvarado, al suroeste de Dallas, un policía recibió un disparo en el cuello cuando los tiradores, vestidos con ropa negra de estilo militar,