El Parlament de Catalunya quiere regular de una vez por todas la convivencia entre el sector del taxi y el de los vehículos de transporte con conductor, VTC, del que Uber y Cabify son los máximos exponentes. Este jueves cinco grupos que suman una amplia mayoría de la Cámara, PSC, Junts, ERC, Comuns y CUP, han presentado una propuesta de ley que contiene como principal medida la expulsión paulatina pero prácticamente total de las VTC.

La nueva norma, que Junts ya ha anunciado que tratará de enmendar, reducen las VTC a meros complementos del taxi en trayectos interurbanos, el único que se les permitirá realizar. Además, se obligará a quien desee utilizar una VTC que las precontrate con al menos dos horas de margen y que después haga un uso del vehículo de al menos una hora.

La idea que subyace en el texto es que Uber o Cabify queden reducidos a trayectos largos y ocasionales, y enfocados a situaciones de empresa o eventos y no para el publico general. Mantendrán como hasta ahora la prohibición de buscar clientes por la calle.

Las VTC quedarían por tanto reducidas a la mínima expresión en una ciudad como Barcelona, limitadas a trayectos con destino en otra ciudad a momentos específicos como la semana de Mobile World Congress, cuando se hará una moratoria de la prohibición.

Este veto se llevaría a cabo de forma progresiva pero, cuando se complete, supondría la eliminación de dos tercios de las actuales 900 licencias de VTC existentes en Barcelona, según los cálculos de la propia Generalitat.

La ley introduce también una nueva normativa para el taxi, comenzando por la obtención de un título B1 de catalán, que Junts ya ha anunciado que considera insuficiente. En la misma línea, se endurece el código sancionador para evitar infracciones como los cobros fuera de las tarifas reguladas o actuar sin respetar las normas de prioridad.

Además todos los vehículos que realicen transporte privado de viajeros se equiparán con geolocalizadores para garantizar que cumplan con la normativa. Los partidos creen que la ley podría quedar aprobada en 2026, aunque las licencias de VTC se mantendrán hasta que expiren, lo que las formaciones consideran que repercutirá en una “transición suave” hacia la desaparición de este tipo de transporte en el área metropolitana de Barcelona.

La patronal mayoritaria del sector, Unauto VTC, ha valorado el texto registrado en el Parlament como “profundamente antisocial” y “radicalmente contrario al interés general”, al entender que los efectos de expulsar las VTC de los ámbitos urbanos enviaría al paro a miles de trabajadores y condenaría al cierre a cientos de empresas. “Expulsar del mercado a las VTC va en contra del interés general de los ciudadanos de Catalunya y de Barcelona, que son nuevamente rehenes de los intereses del taxi”, ha asegurado la patronal en una nota de prensa.

En el otro lado, Élite Taxi, la agrupación mayoritaria de taxistas en Barcelona, han calificado de “valiente” la proposición de ley, que a su juicio permitirá que todo el sector trabaje con las mismas condiciones. Desde el sector de los taxistas también han destacado el endurecimiento del código sancionador, una medida con la que Élite se ha mostrado de acuerdo al entender que persiguen infracciones “de unos pocos” que “perjudican a todo el sector”.