Tres horas después del susto, llega un mensaje esperanzador desde Tokio del equipo de Alcaraz: «Carlos está bien». Un rato antes, el número uno del mundo había reconocido: «Tuve miedo, no voy a mentir». Y un poco antes, el motivo: estaba jugando su primer partido en el ATP 500 de Tokio , contra el argentino Sebastián Báez , y en el quinto juego se fue al suelo con grandes gestos de dolor.

Las manos en la cara, la mirada al cielo... La preocupación era evidente y el público estaba expectante. En la repetición se vio que un punto en el que el español estaba defendiendo, de lado a lado, el pie izquierdo se le va un poco y se le tuerce el tobillo , y cuando fue a arrancar hacia delante para llegar a una bola corta, cojeó y se tiró. En ese momento, admitió, le pasó por la cabeza que no

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