Tan cercano parecía Xabier García Albiol a aquel ente político indeterminado llamado Génova que, durante el último Congreso Nacional del partido, allá por primeros de julio, ocupó la presidencia del evento. Un papel preeminente para un perfil que siempre ha sido del agrado de Alberto Núñez Feijóo. Por una razón tan simple como que gana y gobierna con una mayoría suficiente en su pueblo, Badalona. Territorio que se presupone comanche para el PP.

Pero ahora Albiol ha enfadado, y mucho, a la dirección nacional de su partido. Por respaldar el Pacto Nacional de la Lengua impulsado por el presidente de la Generalitat. «Nos hace un roto» , reconocen a LA RAZÓN distintas fuentes de la cúpula, que censuran lo que, para todos, es un acercamiento –además de una legitimación– al rostro más blan

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