El convoy de embarcaciones de la Flotilla Global Sumud (GSF, por sus siglas en inglés) encara el último tramo de su travesía de Barcelona a Gaza, donde su objetivo es entregar ayuda humanitaria. Los 51 barcos se encuentran en la costa de la isla griega de Creta: a partir de ahora entran en “zona amarilla”, hasta llegar a las inmediaciones de la franja, bloqueada por tierra, mar y aire por las fuerzas israelíes y donde la organización asegura que “el riesgo es extremo”.
El ataque con drones, que lanzaron bombas aturdidoras sobre los navíos la noche del martes, provocó la reacción de los gobiernos italiano y español, que decidieron enviar barcos militares de escolta. “Esperamos una escalada de presiones a partir de este momento”, asegura a La Vanguardia Lluís de Moner, originario de Menor