
El campo de Bethpage Black en Nueva York acoge una de las batallas deportivas más antiguas que existen: la Ryder Cup , la competición que enfrenta cada dos años a los mejores golfistas de EE.UU. y Europa . El contexto en el que se desarrolla esta nueva edición no es menor, en un momento geopolítico de gran complejidad con focos de tensión como la política arancelaria impulsada por el presidente estadounidense Donald Trump , que acudirá a la inauguración.
La batalla por la Ryder Cup tiene mucho de romanticismo. Cuando nació en 1927 , simplemente era un enfrentamiento entre EE.UU. y Gran Bretaña. En 1973, se incorporó Irlanda, hasta que seis años después pasó a ser Europa el contrincante. No había mayor honor para cualquier golfista que participar en la competición, representar a su continente y buscar la gloria que otorgaba uno de los mayores espectáculos del mundo, hasta el punto de que nadie cobraba. Todos participaban gratis.
Sin embargo, eso va a cambiar en esta 45 edición. Por primera vez, cada uno de los jugadores estadounidenses va a recibir una retribución de 500.000 dólares (425.000 euros), de los que 300.000 (255.000 euros) irán destinados a causas benéficas, una decisión que adoptó el PGA Tour americano sin que lo reclamaran los golfistas.
No será así en el caso del equipo europeo, que mantiene la filosofía de no cobrar nada, salvo dietas de viaje. “Pagaría por el privilegio de jugar la Ryder Cup” , ha sido la tesis que siempre han sostenido el golfista español Jon Rahm y el irlandés Rory McIlroy, actualmente número dos del mundo y una de las mayores bazas del equipo comandado por el británico Luke Donald.
Un duelo histórico
Los estadounidenses dominan el palmarés histórico con 27 títulos frente a los 15 europeos . A eso se aferra el equipo local, que llega con Keegan Bradley como capitán y con Scottie Scheffler, número uno del mundo desde 2023, como su gran estrella. Todo bajo la atenta mirada de Donald Trump, que asistirá a la competición y que además es un gran aficionado al golf.
Pese a tener el histórico en su contra, Europa se fija en los resultados de las últimas tres décadas , llevándose 10 de las 14 ediciones más recientes. El equipo busca reeditar el título logrado hace dos años en Roma, un reto mayor al disputarse esta vez en territorio rival, además en el siempre hostil escenario de Nueva York, donde el público también jugará su papel.
La Ryder se concentra en tres jornadas , de viernes a domingo, con un total de 28 partidos, cuyos protagonistas los deciden los respectivos capitanes. Al haber 28 puntos en juego, levanta la copa de oro el equipo que alcance 14,5. En caso de empate a catorce, retiene el título el vencedor de la edición anterior, en este caso Europa.