Los ataques con drones siguen amenazando la infraestructura crítica en la guerra entre Ucrania y Rusia. Recientemente, inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) detectaron 22 drones cerca de la central nuclear del sur de Ucrania. Esta planta es una de las tres operativas en el país y se encuentra a 350 kilómetros de Kiev. Un dron fue derribado y detonó a 800 metros del perímetro de la planta, causando un cráter de cuatro metros cuadrados y daños menores en estructuras metálicas y vehículos cercanos. Sin embargo, las instalaciones nucleares operan a plena capacidad con sus tres reactores.
Por otro lado, las fuerzas ucranianas atacaron la refinería de petróleo de Afipski en la región de Krasnodar, provocando un incendio de 30 metros cuadrados que fue rápidamente extinguido sin heridos. Esta refinería, que produce hasta 6,5 millones de toneladas anuales de combustible, ha sido un objetivo recurrente de ataques ucranianos. En la noche anterior, los sistemas antiaéreos rusos derribaron 55 drones en seis regiones, incluyendo Crimea y el mar de Azov.
El director general del OIEA, Rafael Grossi, ha instado a ambas partes a mostrar moderación cerca de instalaciones nucleares. Ucrania ha intensificado sus ataques contra la infraestructura energética rusa, especialmente en el sector petrolero, para debilitar la economía rusa y reducir los suministros de combustible al ejército. Esto ha llevado a una escasez de combustible en las gasolineras de Crimea, según el gobernador de la región.
En el frente, el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) informa que las fuerzas rusas están reorganizando sus tropas para operaciones ofensivas, aunque carecen de los recursos necesarios para sostener múltiples operaciones simultáneamente. La ofensiva rusa en Kupiansk es vulnerable por la falta de fuerzas suficientes. Mientras tanto, las fuerzas ucranianas han avanzado cerca de Velykomykhailivka, en Dnipropetrovsk, mientras que las rusas han hecho progresos en Lyman y Dobropillya, en Donetsk.
Ambos bandos continúan intercambiando ataques de larga distancia con drones. En las últimas horas, Rusia lanzó 86 drones de ataque contra Ucrania, de los cuales 71 fueron neutralizados. Ucrania, por su parte, ha atacado una refinería en Volgogrado, deteniendo su producción. Además, han llegado a Ucrania las primeras armas compradas a Estados Unidos con fondos europeos, incluyendo sistemas antimisiles Patriot y lanzacohetes móviles Himars.
El ISW también señala que Rusia mantiene su estrategia de desgaste, con más de 700.000 soldados desplegados. Sin embargo, la victoria rusa no es inevitable, ya que enfrenta altas bajas, mala gestión económica y dependencia de las exportaciones petroleras. En el frente, continúan los enfrentamientos en las provincias de Sumy y Kursk, así como operaciones ofensivas en dirección a Kupiansk.
Recientemente, se han reportado intrusiones de drones rusos en Polonia, donde se derribaron diez aparatos, lo que Varsovia calificó como una "agresión". Además, Rusia llevará a cabo ejercicios militares en Bielorrusia, lo que aumenta la tensión en la región. En cuanto a la escasez de gasolina en Rusia, medios estatales minimizan el impacto de los ataques ucranianos, atribuyéndolo a la demanda estacional.