La expansión de Temu y Shein hacia Argentina no tiene límites. Durante años, el comercio electrónico se mantuvo limitado por las trabas a la importación y los altos costos de intermediarios. La apertura progresiva de las compras al exterior, sumada al crecimiento del pago digital y la logística internacional, abrió una ventana que estas empresas supieron aprovechar.

Shein irrumpió primero con una apuesta clara: moda a precios bajos, renovación constante de catálogo y una estética hecha para viralizarse en TikTok e Instagram. El boca a boca digital hizo lo que antes lograban las campañas masivas: transformar a la marca en un fenómeno cultural que no tardó en llegar a todas las franjas etarias.

Temu, en cambio, aterrizó con un despliegue distinto. Si Shein sedujo con vestidos, tops y ca

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