Tal como se esperaba, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se dirigió a la Asamblea General de la ONU con un discurso en el que defendió los «éxitos» de su Gobierno contra Hamás, definió su asedio en Gaza como un desafío «existencial» para su país y acusó a los líderes occidentales de “ceder a la presión de los islamistas radicales”, al reconocer un Estado palestino. Su llegada causó el retiro de decenas de delegaciones, e incluso aliados como Estados Unidos presenciaron su intervención con diplomáticos de menor rango.
Benjamin Netanyahu utilizó su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas para ofrecer una actualización de su última intervención, celebrando lo que llamó «éxitos» en su ofensiva contra Hamás, rechazando el reconocimiento del Estado palestino y ne