César González Ruano publicó en 1931 una biografía de Carlos Baudelaire, así se le llamaba entonces. Tuvo un resonante éxito que cambió su vida para siempre, en el banquete que se le dio por ello en el Círculo de Bellas Artes hizo apostasía de la izquierda y se instauró para siempre en un mundo baudeleriano. Este mundo incluía una pretendida pertenencia a la aristocracia, una vida canalla y la proclamación de un antimodernismo del que Baudelaire fue epítome tras la Revolución francesa. César proclamó a Carlos como ‘un ángel mojado de sangre’, también dijo que ‘las moscas son ángeles mojadas en tierra negra, ángeles rebeldes que se acuerdan del cielo atávico y caótico cuando cabecean y gruñen en los cristales de las ventanas’. Aquel aliento poético estaba influenciado por la lectura de ‘ L

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