De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), tener una buena salud mental no significa solo no tener enfermedades, sino poder aprovechar nuestras capacidades, enfrentar los retos de cada día, trabajar y convivir de manera positiva en la comunidad.
Existen algunos hábitos o actitudes que pueden dañarla, como:
• Tratar de huir del malestar, evitando pensamientos o recuerdos difíciles, lo que termina generando más ansiedad.
• Enfocarse solo en lo negativo, lo que aumenta el estrés y la preocupación.
• Compararse constantemente con los demás, basando el valor personal en la aprobación externa.
Para hacer frente a esto, especialistas recomiendan tres pasos sencillos: aceptar la realidad tal como es, escuchar y entender nuestras emociones y no dejar que el ego nos controle.
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