Cada 26 de septiembre, el mundo recuerda el peligro latente que representan las armas nucleares. Esta fecha, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2013, busca reforzar la conciencia pública sobre los riesgos que implica su existencia y promover acciones concretas hacia el desarme total.
Una amenaza que no se ha ido
Aunque han pasado 80 años desde los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, las consecuencias siguen presentes. Más allá de la destrucción inmediata, la radiación dejó una huella invisible que se transmite entre generaciones: cáncer, malformaciones y daños irreversibles en los ecosistemas. El ataque marcó el fin de la Segunda Guerra Mundial, pero también el inicio de una era de incertidumbre nuclear.
Hoy, el mundo cuenta con más de 14.500 armas nucleares ac