Si Jerome Powell dice en un discurso que bajará un cuarto de punto porcentual la tasa de interés, un peluquero en Dakota del Norte que le preste atención muy probablemente se de vuelta y continúe su tarea. Si Santiago Bausili dijera lo mismo, casi seguro, los argentinos salen corriendo a comprar dólares o al menos a preguntarle al de al lado: “¿Viste lo que dijo el presidente del Banco Central, hay que comprar dólares?”.
¿Un gobierno puede recuperar la credibilidad? Quizás sí, tal vez, en una de esas... Lo cierto es que para el que está en la función pública quizá no sirva ni un minuto dedicar su tiempo a responder esa pregunta porque la solución no depende de él solo. Y si no, fíjese en la Argentina esta semana: salió a pedir credibilidad prestada . ¿A quién? Al más creíble de todos: e