El acceso a la fábrica clandestina estaba protegido por un sofisticado sistema hidráulico que camuflaba completamente el búnker subterráneo donde se instalaban las máquinas y se almacenaban toneladas de cigarrillos falsificados, según informó la policía aduanera. Durante el registro de un almacén logístico cercano a Cassino, en la región del Lacio, los agentes localizaron una caja eléctrica escondida en un cartón, que activaba palancas hidráulicas para elevar una cabina de aluminio con un escritorio, bajo el cual se encontraba la entrada al búnker.
La instalación, capaz de producir hasta 5.000 cigarrillos por minuto , contaba con un sistema de ventilación que impedía la salida de humos, según la Guardia de Hacienda italiana. En su interior se descubrieron alojamientos improvisados con