El Museo de Paleontología de San Pedro en Buenos Aires, Argentina, dio a conocer que hallaron un resto óseo que perteneció a un tipo de ciervo que vivió en las llanuras hace 200 mil años.
Tras analizar el fósil, se descubrió que se trataba de un pedazo de la cornamenta de un ciervo extinto del género Antifer, el cuál era de tamaño mediano y se extinguió a principios del Holoceno.
El Antifer poseía cornamentas algo aplanadas lateralmente, con marcadas estrías longitudinales en relieve (características que facilitan la identificación de este ciervo). Este fragmento se recuperó junto a restos de perezosos y armadillos gigantes, caballos fósiles, camélidos prehistóricos y otras especies de ciervo común que habitaban la región.
Los especialistas creen que el animal posiblemente llegó a este