El Gobierno nacional sigue de cerca la caída en la recaudación y ya trabaja en un plan de recortes sobre distintos organismos públicos. En la Casa Rosada hay preocupación por el costo fiscal que implicó la baja de retenciones a las exportaciones agrícolas dispuesta esta semana. “No estamos seguros de que no nos complique las cuentas”, reconocen en despachos oficiales.

En el Ministerio de Economía, sin embargo, buscan transmitir calma. Aseguran que no proyectan un déficit en el mediano plazo y confían en que el repunte de la actividad en el sector agropecuario compense la merma de ingresos. De todos modos, analistas estiman que el impacto fiscal de la medida superará los US$1000 millones.

El Ejecutivo prepara ahora ajustes sobre organismos que habían sido restituidos tras el rechazo legis

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