Por Jorge Carrillo Olea
El discurso del secretario de Marina Almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles el 16 de septiembre al que lo obligó la presidenta Sheinbaum, pues no estaba programado, escasamente cumplió con el deber de informar sobre el terrible hecho que ensombreció a los miembros de la Armada de México, institución de lo más respetable que tenemos.
El discurso está escrito con argumentos evasivos, falsas presunciones y uso de fraseo coloquial, impropio cuando se estaba hablando a la nación. Habló airosamente pero no dijo a quién se refería Muchas mechas quedaron ardiendo, el camino será largo y amargo.
Primera mecha, el almirante Morales finge sorpresa ante algo que debía saber hace tiempo, antes de ser secretario. Los pingües negocios aduaneros en manos de sus subalternos hac