Los ataques y contradicciones del discurso del presidente de EE UU a la Asamblea General reflejan el intento de Washington de ahormar la organización a sus intereses nacionales

Para unos, la ONU es una organización en caída libre. Otros creen que este año, gracias a la oleada de reconocimientos de Palestina como Estado que se ha escenificado en la Asamblea General, ha cobrado una relevancia casi primigenia como impulsora de la paz y el diálogo. Pero a la vez, el bloqueo derivado del derecho de veto en el Consejo de Seguridad, que impide la adopción de medidas ejecutivas en las guerras de Ucrania y Gaza, sigue lastrando su reputación. Por culpa del sistema de veto, pareciera, recuerdan muchos expertos, que la organización sigue anclada en la bipolaridad en ruinas que siguió a la II Guerr

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