La Tierra sostiene la vida que conocemos y la Luna junto con Marte aparecen como los destinos más cercanos que inspiran misiones humanas. El interés en ellos despierta otra cuestión aún mayor, porque si nuestro planeta es habitable, tal vez existan otros con condiciones similares , quizá ocultos entre los miles de estrellas que iluminan el cielo. Esa expectativa abrió la puerta a la búsqueda de mundos parecidos en otros sistemas , un empeño que ahora ha alcanzado un número histórico.
Sistemas estelares insólitos muestran una variedad que rompe con lo conocido
La NASA confirmó que ya se han identificado 6.000 exoplanetas , es decir, mundos situados fuera del Sistema Solar. El recuento lo gestiona el Instituto de Ciencia de Exoplanetas , dependiente del Instituto de Tecnología de California en Pasadena, que añade nuevas entradas de forma continua gracias al trabajo de equipos internacionales. No existe un planeta señalado como el número 6.000, porque el registro crece de manera constante, y además hay más de 8.000 candidatos que esperan verificación oficial .
Los catálogos reunidos muestran un abanico sorprendente. Entre ellos figuran gigantes gaseosos tan cercanos a sus estrellas que completan órbitas en pocos días, bautizados como Júpiter calientes . También aparecen supertierras y mini neptunos , clases de planetas ausentes en nuestro entorno inmediato. Otros sistemas contienen mundos que giran alrededor de dos soles , o bien vagan libres sin estar ligados a ninguna estrella.
Esa diversidad ha transformado la visión que teníamos del firmamento. Tal como afirmó Shawn Domagal-Goldman , director en funciones de la División de Astrofísica en la sede de NASA en Washington, “este hito r epresenta décadas de exploración cósmica impulsada por telescopios espaciales de NASA , exploración que ha cambiado por completo la forma en que la humanidad contempla el cielo nocturno”. El científico añadió que lo s próximos pasos los liderarán el telescopio Nancy Grace Roman y el Observatorio de Mundos Habitables , con el objetivo de estudiar entornos similares al nuestro.
Algunos mundos exóticos muestran condiciones que desafían la lógica terrestre
Los descubrimientos no se deben a observaciones directas en la mayoría de los casos. La técnica más extendida es la de los tránsitos , que mide las caídas periódicas de brillo cuando un planeta pasa por delante de su estrella. Otra es la velocidad radial , que detecta el movimiento oscilante de la estrella por la atracción gravitatoria de un planeta cercano. Ambas requieren observaciones posteriores con diferentes telescopios para confirmar que no se trata de fenómenos estelares o fallos instrumentales .
La historia de estas detecciones comenzó en 1992 con los primeros hallazgos alrededor de un púlsar. En 1995 se anunció el descubrimiento de un planeta en torno a una estrella similar al Sol , lo que abrió una nueva era. Desde entonces misiones como Kepler y TESS dispararon la cifra, con hitos como el planeta número 1.000 en 2015 y el número 5.000 en 2022 . La curva de crecimiento sigue en aumento y los especialistas esperan miles más en los próximos años .
El catálogo es muy extenso. Existen mundos que podrían tener nubes formadas por minerales, atmósferas tóxicas o densidades tan bajas que se comparan con el poliestireno expandido. Algunos incluso podrían estar recubiertos de océanos globales, mientras otros exhiben temperaturas capaces de fundir su superficie.
Para Dawn Gelino , responsable del Programa de Exploración de Exoplanetas de NASA en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de California, cada hallazgo resulta esencial porque “ cada uno de los diferentes tipos de planetas que descubrimos nos da información sobre las condicione s bajo las cuales pueden formarse los planetas y, en última instancia, sobre cuán comunes pueden ser mundos como la Tierra y dónde deberíamos buscarlos ”.
Los nuevos telescopios se preparan para rastrear planetas con opciones de vida
Las perspectivas se amplían con proyectos que ya están en marcha. El telescopio Nancy Grace Roman probará un coronógrafo experimental que permitirá aislar la luz de estrellas y obtener imágenes directas de planetas grandes. El Observatorio de Mundos Habitables apunta a ir más allá y centrarse en la detección de planetas terrestres dentro de zonas aptas para la vida. Al mismo tiempo, los datos del satélite Gaia de la Agencia Espacial Europea siguen aportando candidatos mediante astrometría .
La búsqueda se ha vuelto más selectiva con el tiempo y el interés ya se concentra en planetas rocosos que orbitan estrellas parecidas al Sol. Encontrar en ellos rastros químicos que indiquen procesos biológicos sería un salto inmenso. Y la cifra alcanzada de 6.000 mundos confirmados sirve como ejemplo de que cada nuevo planeta hallado nos empuja un poco más allá en esa dirección .