Lo que ocurrió en la semana que pasó podría graficarse con una alusión futbolera: el equipo de Javier Milei que ha hecho todo para pelear por el campeonato, acaba de disputar los octavos de final y, sorpresivamente, tuvo que ir a penales frente a un rival en los papeles mucho menor (el PJ), pero al que no pudo vencer en los 90 minutos. Gracias a la performance de su gran arquero (Donald Trump), logró imponerse desde los doce pasos y pasar a la siguiente ronda. Pero hay preocupación porque estuvo a punto de ser eliminado en una instancia lejos de la final. Lo que demuestra que el camino hacia el título no está despejado, ni mucho menos.
La Casa Rosada parece no poder decodificar el lenguaje político, ya sea por impericia o porque desprecia ese idioma, lo subestima. El foco está puesto en l