México está atravesando una de sus transformaciones más importantes en la historia reciente, y en el corazón de esta se encuentra la reforma judicial. Este cambio no solo ha servido para fortalecer el sistema judicial, sino que ha logrado consolidar nuestra democracia colocando los derechos de las personas en el centro de la justicia. En pocas palabras, la reforma judicial ha creado un sistema más humanista, más transparente y más cercano al pueblo mexicano, garantizando que los derechos humanos estén protegidos por una Constitución sólida y un Poder Judicial fortalecido.
Antes a la reforma, dicho Poder se advertía distante y en ocasiones, desconectado de las necesidades y realidades de las personas, en ese sentido, el espíritu de la nueva forma de elección por medio del voto de la ciudad