**Tensión entre Chile e Israel tras declaraciones de Boric**
La relación entre Chile e Israel ha vuelto a ser tema de debate político tras las recientes declaraciones del presidente Gabriel Boric en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Durante su intervención en Nueva York, Boric expresó: “no quiero ver a (Benjamín) Netanyahu destrozado por un misil junto a su familia, quiero ver a Netanyahu y a los responsables del genocidio contra el pueblo palestino enfrentados a un tribunal de justicia internacional”.
Estas palabras se produjeron en un contexto donde el gobierno chileno anunció que no realizará nuevas compras de armamento a Israel. Este cambio de postura ha sido interpretado en círculos diplomáticos como un endurecimiento de la posición chilena respecto al conflicto en Medio Oriente, lo que ha generado incertidumbre sobre el futuro de las relaciones bilaterales.
Sin embargo, el embajador de Israel en Chile, Peleg Lewi, intentó minimizar la controversia. En una entrevista exclusiva con Radio Bío Bío, Lewi afirmó que las relaciones entre ambos países “van más allá de un gobernante” y recordó que existen casi 80 años de vínculos entre los estados y sus pueblos.
Por otro lado, el exministro de Defensa, Jaime Ravinet, criticó la decisión de no adquirir más armas a Israel, sugiriendo que esta postura tiene una fecha de vencimiento y que el próximo gobierno podría modificarla. En una línea similar, el exministro de Defensa, Jorge Burgos, advirtió sobre los riesgos de establecer una política categórica que impida futuras compras de armamento y tecnología militar desde Israel, señalando que podría ser difícil de mantener a largo plazo.
Actualmente, la relación entre Chile e Israel se encuentra en un nuevo momento de tensión. Los contratos vigentes obligan a mantener cooperación técnica durante varios años, y el comercio bilateral supera los 300 millones de dólares anuales, con una notable presencia de tecnología israelí en sectores como la seguridad y la agricultura.
El desenlace de esta situación dependerá del cambio de gobierno en marzo, cuando se definirá si Chile profundiza su distancia con Israel o si retoma vínculos estratégicos con Tel Aviv.