La transición energética ha abierto una oportunidad sin precedentes para el Perú. El mundo necesita más cobre, litio y minerales críticos, y nuestro país está entre los mejor posicionados para proveerlos. Pero no basta con tener los recursos. Aprovechar esta oportunidad dependerá exclusivamente de nuestra capacidad para aprender a lograr acuerdos y a perseverar colectivamente para construir infraestructura, competitividad e institucionalidad.

Hoy el Perú tiene una cartera de inversión minera superior a los US$64 mil millones, con potencial de generar empleo, infraestructura y bienestar. Pero seguimos tropezando con viejos obstáculos: burocracia, inseguridad jurídica, conflictividad social y desconfianza entre actores clave. A ello se suma, además, la amenaza de la minería ilegal.

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